María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII Duquesa de Alba, ha fallecido este jueves 20 de noviembre a los 88 años de edad en el Palacio de Dueñas, Sevilla. La 14 veces Grande de España, máxima dignidad que puede ostentar un noble en nuestro país, ingresaba el pasado domingo en el Hospital Quirón Sagrado Corazón de la capital andaluza debido a una insuficiencia respiratoria asociada con arritmia cardiaca y repercusión hemodinámica. Fue el martes, cuando doña Cayetana, por deseo propio, decidió abandonar la clínica sevillana para seguir con el tratamiento en Dueñas, donde ha pasado sus últimas horas de vida rodeada por toda su familia.
En los últimos meses, el estado de salud de la Duquesa había sido preocupante, pues el pasado mes de junio ya tuvo que estar unos días ingresada tras asistir a una revisión rutinaria. Además, había perdido algo de movilidad y declinaba las invitaciones a actos públicos. Sin embargo, la aristócrata de Europa con más títulos nobiliarios no quiso perderse el pasado 5 de octubre el II Campeonato Ruta de la Plata, en el que participaba su hijo Cayetano. Esta sería su última aparición pública.
Mujer de armas tomar, doña Cayetana tuvo que enfrentarse a la adversidad desde muy pequeña, pues con tan solo 8 años perdió a su madre por culpa de la tuberculosis. Además, el resto de su infancia estuvo marcada por el exilio, primero en París y luego en Londres, en donde viviría en primera persona la II Guerra Mundial. A su regreso a España, la Duquesa seguiría el consejo de su padre y contraería matrimonio con Pedro Luís Martínez de Irujo y Artazcoz, con quien tuvo seis hijos.
Cayetana de Alba, que en 1953 heredó el Ducado tras la muerte de su padre Jacobo Fitz-James Stuart, siempre ha sido una gran defensora de la cultura española. Además, a pesar de haber viajado por medio mundo sentía un amor especial por Sevilla, ciudad en la que pasaba largas temporadas y donde disfrutaba al máximo de la Feria de Abril. También era una apasiona del flamenco y de la fiesta taurina, por eso no era raro verla en los tendidos de una plaza de toros.
Seis años después de quedarse viuda, la Duquesa volvería a contraer matrimonio con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate. Este enlace causaría bastante revuelo y polémica, pues la condición de exjesuita de su segundo marido no estaba demasiado bien visto. En 2001 doña Cayetana vuelve a quedarse viuda y diez años más tarde pasa de nuevo por el altar. En esta ocasión junto a Alfonso Díez, un funcionario 24 años más joven que ella. Al igual que su segunda boda, está tampoco estuvo exenta de polémica.
La capilla ardiente de la duquesa de Alba se ha instalado en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla y desde las 12:00 horas de este jueves permanecerá abierta. El viernes, Monseñor Amigo Vallejo oficiará el funeral en la catedral de la capital hispalense. Posteriormente, doña Cayetana será incinerada y sus restos reposarán en la Iglesia del Valle, el templo de la Hermandad de los Gitanos, de la cual doña Cayetana era miembro honorífico.